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Benito Guerra

El sábado 20 de marzo, el cielo ha reclamado a uno de sus favoritos, a nuestro querido Nanán.Contraviniendo todo deseo de este hombre, derivado de su sencillez de trato, es el momento de decir, quien fue verdaderamente Nanán Solana, y que representaba para su entorno.

EL ESPOSO. Durante el tiempo que conocí a Nanán, pude observar que nunca tuvo más ojos que para su Rocío, su amadísima esposa, con quien mantuvo un precioso matrimonio de más de 40 años, muy bien aderezados por el cariño que esta ejemplar dama le prodigó todo este tiempo. No tengo duda que Rocío fue su querida compañera de vida y desde luego su mejor amiga.


EL PADRE. Siempre devoto para lo que él consideraba lo más sagrado, Pepín y Chío, siempre fueron el motor de su vida, un amoroso padre que hoy se refleja hacía sus nietas, Sofía y María; desgraciadamente el nuevo miembro de la familia que viene en camino, no conocerá a su abuelo, pero seguro se enterará de lo grande que fue.


EL HERMANO. Nanán dedicó toda su vida a enaltecer el nombre de su hermano, quienes realmente lo conocimos sabemos del cariño que le profesó en vida y en la muerte a Moisés. Sin embargo, y a pesar de su notoria sencillez y humildad, Nanán en el subconsciente se veía simplemente como el hermano de Moisés, sin darse cuenta que día a día y en los últimos 40 años se reflejaba una imagen y una personalidad tan arrolladora y encantadora como lo fue para quienes lo conocimos.


EL PILOTO. Hernando Solana, jamás habló de sus logros y triunfos, ni los presumió, pero todos sabemos que los tuvo y muchos, incluso los minimizó a frases como: “Tuve suerte” “el coche era una carrazo”, “el coche no daba ningún problema”.Jamás menosprecio a ninguno de sus rivales, sino por el contrario, siempre dio muestras de respeto por ellos y la prueba de ello, es que aquí hay muchos.Desgraciadamente su carrera como Piloto se vio truncada por la muerte de Moisés.


EL AMIGO. En este punto, podría yo escribir un libro completo sobre Nanán Solana.Es propio de la grandeza de un hombre, cultivar a sus amigos, Nanán lo hizo durante 68 años de vida; caballeroso, gentil, dulce, simpático, serio, pero también dicharachero y bromista, fueron las formas que utilizó Nanán para tratar a sus amigos. A Nanán no sólo le importaba ser amigo, sino que siempre trató que todos fuésemos amigos entre sí, esto es invaluable, porque hoy, justo en este momento, todos nos abrazamos entre sí por la memoria de este gran hombre.


EL SER HUMANO. También es imposible escribir todos los rasgos de la condición humana de Nanán, tan sólo quiero poner un ejemplo: Recuerdo que en una carrera Panamericana que corrí con él, al llegar a Concepción del Oro, un pueblo verdaderamente olvidado por Dios, se nos acercaron 10 o 12 niños indigentes, a los que él les llamaba “fantasmitas”, para pedirnos una moneda; Nanán, sin pensarlo mucho, entró en una tienda y salió con una bolsa repleta de comida y les llenó a los niños sus bolsas de golosinas y caramelos, esto y muchas cosas más puedo dar testimonio de ello, y seguro estoy de que todos aquí podrán contar una anécdota parecida de nuestro amigo.

Por último, queremos expresarles a Rocío, Pepe, Chío, Claudia, César, Sofía, María y a ese Solanita que viene en camino, así como al tío Javier, Cabé Joaquín y Alfonsito, en nombre de todos los amigos aquí presentes y no presentes, les damos las gracias por habernos compartido a Nanán todo este tiempo y les aseguramos que procuraremos siempre su recuerdo, porque un hombre de este tamaño no se puede olvidar.


A título personal, quiere agradecerle a mi amigo por su amistad y por el cariño que le prodigó a mi familia, y en especial a mi hijo Benito, a quien le mostró siempre un especial cariño y afecto, al grado de que como dice Benito fue como su abuelo.


Para mi fue un privilegio que poca gente tiene de tener un amigo, al que no sólo admiré, sino que fue mi ídolo.Hoy despedimos al último de los grandes de la edad de oro del automovilismo.


Que descanse en Paz Don Hernando Solana Arciniega.
Benito Guerra Silla.